Asociación Costarricense de Hipnosis Clínica

Mito: La persona en estado de hipnosis se encuentra bajo total control del hipnotizador, por lo que hará y dirá lo que sea que éste le solicite.


Realidad: Esto no es verdad. Sin importar qué tan relajada se encuentre la persona en hipnosis, siempre tiene control sobre sus pensamientos, acciones y palabras, por lo que nunca realizará algo que no desee.

Mito: La persona puede quedar atrapada en un trance hipnótico y no podrá salir de este estado.

Realidad: La persona puede salir del estado de trance hipnótico en cualquier momento que lo desee, ya que continúa teniendo control de sí misma.

Mito: Para que la hipnosis pueda funcionar, la persona debe ser “hipnotizable”, “sugestionable” o “vulnerable”; no todo el mundo puede entrar en estado de hipnosis.


Realidad: La investigación demuestra que la mayor parte de la población puede beneficiarse de la hipnosis clínica. La posibilidad de entrar en estado de hipnosis se relaciona con relajación y no con debilidad de carácter o de mente, por lo que se trata de aprender a relajarse.

Mito: Durante el estado de hipnosis la persona se encuentra inconsciente.


Realidad: Durante el estado de hipnosis la persona se encuentra muy relajada, nunca inconsciente o dormida. De hecho, durante algunas sesiones de hipnosis, la persona interactúa con el terapeuta y está al tanto de esta interacción.

Mito: La hipnosis es peligrosa.

Realidad: Al igual que en un bisturí en manos de un cirujano, la hipnosis es tan buena como el profesional que la utiliza. La preocupación no debería ser respecto de que la experiencia haga daño a alguien, sino respecto a quién la práctica y cómo lo hace.

Mito: Es posible ser “programado” para hacer o decir algo mientras se está hipnotizado.

Realidad: La persona hipnotizada tiene pleno control de sus emociones, pensamientos y acciones durante todo el proceso. Este mito surgió con la hipnosis de espectáculo, que debido a la información que se oculta al público, hace parecer a la hipnosis como un acto de magia en la que la persona no tiene control de sí misma.